Etapa: Desarrollo | Locaciones: Colombia, Suecia | Duración: 90 mins (aprox.) | Dirección: Manuel Ponce | Producción: Hector Ulloque, Ana Winograd y Daniela Rocha | Guión: César Jaimes, Jeronimo Uribe y Manuel Ponce | Dirección de Fotografía: Angello Faccini | Diseño de Producción: Diego Ricardo | Sonido: Antonio Ponce
Todos mis viajes son viajes de regreso
Fuera del cobertizo de una pequeña embarcación fluvial se oye el sonido acompasado de unos remos en el agua y, en la lejanía, perdidos en la vegetación tropical, unos cantos de lamento y ausencia. Es una noche brumosa en el río Magdalena, en algún momento indeterminado de las primeras décadas del siglo XIX. Acostados bajo la techumbre de palma del cobertizo, viajan Karl Sigmund von Greiff y Petronella Faxe, una joven pareja de suecos. Están viajando por el río con la expectativa de llegar a una lejana región montañosa, en donde supuestamente los espera un trabajo en los socavones de una mina de oro.
En los días largos e inciertos del viaje, la joven pareja ha perdido la noción de cuánto tiempo llevan navegando, pues el río corre entre las orillas de épocas desfasadas e inconexas. Durante el recorrido, tienen lugar encuentros con viajeros extraviados en las selvas y playones del río, en medio de la quietud de los territorios desolados y el desamparo de la escasez tras las recientes guerras de Independencia, cuyo artífice, el general Simón Bolívar, aún habita a lo largo del Magdalena como una presencia hecha de rumores. La embarcación parece avanzar hacia ninguna parte, en medio de una atmósfera enrarecida y suspendida en el tiempo.
En los confines del norte de Suecia por encima del círculo polar ártico, reposa bajo la eterna noche y el manto de nieve una pequeña población llamada Korpilombolo. En los bosques aledaños, se reúnen anualmente el 21 de diciembre exiliados latinoamericanos y errantes viajeros para buscar el espíritu de Gaspar De La Noche, un poeta colombiano que desapareció en 1925 en esa región y a quien algunos creen vivo aún, pero congelado en un sueño profundo. En medio de este bosque nevado hay una antigua casa que conecta a los bosques de Korpilombolo con la selva de Bolombolo, un pequeño pueblo perdido en las montañas de Colombia donde nació Gaspar. En este pueblo, a la espera de ser inundado para construir una represa, sus pobladores esperan un tren que no llega, un tren que nunca se terminó de construir. Todos mis viajes son viajes de regreso transita entre la nieve y el trópico, entre personajes que buscan volver a casa y otros que esperan encontrar una.